Habiendo sufrido Internamiento en Hydebank, un tribunal llego a la conclusión, aceptada por Christine, que en vez de estar en Hydebank podía estar recluida en su casa siendo sometida a supervisión electrónica.
Esta supervisión electrónica, con los famosos brazaletes (de esos que hace no tantos años se veían en las películas de ciencia-ficción y como algo que no iba a pasar), ha sido subcontratada por los británicos a la compañía G4S.
Pues bien, estos se han dedicado a hostigar a esta republicana y a su familia. Estando en casa y cumpliendo con lo establecido y acordado, estaba cumpliendo con los términos de su libertad provisional. Pero desde G4S se han dedicado, con las mas remotas excusas ha realizar incesantes llamadas telefónicas, llamadas a la puerta y requerimientos para entrar "a comprobar" por la noche, de madrugada, etc. La excusa suya (y claro que hay trampa en medio de tanta tecnología en esta época en que vivimos) es que el sistema electrónica fallaba, que si Christine lo apagaba.
No solo se limitaban a realizar decenas de llamadas durante el día y la noche, dificultando o imposibilitando el descanso; llegaban a cualquier hora a su puerta y despertaban a todo el mundo en la casa con las mismas excusas.
Esta vergonzosa, cuanto menos, actuación a llevado a Christine Connor a tomar la decisión de presentarse ante el tribunal y romper con esta supervisión, lo que la suponía volver de inmediato a la prisión de Hydebank, lo cual esta republicana a preferido a continuar con esta inaceptable situación.
Como saben las y los Republicanos, en Éire el Internamiento sigue vivo.
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